Alcohol
El alcohol es una sustancia que acompaña a múltiples actos de orden social. El consumo de cerveza y bebidas preparadas con brandy, ron, tequila, whisky, vodka, etc. suele pasar de ser ocasional a social o habitual, provocando lo que conocemos como alcoholismo.
El alcoholismo es una enfermedad crónica, caracterizada por una conducta anormal de búsqueda de alcohol y que siempre lleva a la pérdida de control en la forma de beber. Tiene severos efectos en la salud, así como a nivel familiar y social.
Efectos a largo plazo
- Gastritis
- Pérdida de apetito
- Deficiencias vitamínicas
- Malestares gastrointestinales
- Problemas cutáneos
- Impotencia sexual
- Daño hepático (cirrosis)
- Daños cerebrales
- Alteraciones en la memoria
- Alteraciones en el corazón, pulmones, músculos, sangre, páncreas, etc.
Embarazo: las mujeres embarazadas que consumen alcohol pueden dar a luz a niños con un síndrome fetoalcohólico; es decir, recién nacidos con diversos problemas como retardo mental y otras anormalidades físicas irreversibles. Los hijos de padres alcohólicos tienen un alto riesgo de ser alcohólicos también.
¿Cómo puedo darme cuenta de que un familiar tiene problemas de alcoholismo?
- Cuando es incapaz de controlar la bebida; es decir, que a pesar de que se haga el propósito de beber moderadamente, termina siempre en estado de ebriedad.
- Utiliza el alcohol como un medio para “escapar” o “solucionar” problemas que requieren pensarse; aquéllos que ameritan reflexión y capacidad para tomar decisiones.
- Presenta cambios importantes en su personalidad. Una persona habitualmente tranquila o moderada se “transforma” en una persona violenta y agresiva.
- Es muy tolerante al alcohol; es decir, bebe grandes cantidades y no muestra signos de embriaguez, hasta cierto límite.
- Ocasionalmente tiene bloqueos o “lagunas mentales”. Es incapaz de recordar lo que hizo mientras estaba bebiendo.
- Tiene problemas en el trabajo, la escuela y en sus relaciones sociales, como consecuencias de su alcoholismo.